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Te doy la bienvenida a la Escuela del Alma

Queridas Mariposas:

Satori (悟り) es un término japonés que designa la iluminación en el budismo zen, un momento de no-mente y de presencia total.

El concepto hace referencia al momento en el que se descubre, de forma clara, que solo existe el presente (donde nace el pasado y el futuro), creándose y disolviéndose en el mismo instante. De modo que el tiempo es solo un concepto, que el pasado y el futuro son una ilusión.

En algún momento de la vida, irremediablemente, viviremos un instante de comprensión elevada más allá de esta experiencia terrenal 3D. Un instante de no tiempo y no espacio, de abstracción mental, desapego total hacia lo que creemos que somos y re-encuentro con nuestro Dios interior. Al fin y al cabo, de regreso a casa, al vacío, a la nada y al todo.

Y aquí, mis queridas Mariposas, hay algo que tan solo podemos hacer cada una de nosotras, no lo puede hacer nadie más, y es alinearnos, profundamente, con esa parte sagrada, absolutamente irreducible, que llevamos dentro.

¿Cómo? de dos maneras:

  • Conscientemente, ahora, a través del entrenamiento espiritual que aporta el conocimiento, la sabiduría de la comprensión, meditar, respirar y salir de los pensamientos negativos.
  • Inconscientemente, cuanto llegue el momento del tránsito hacia el otro plano y nos demos cuenta de que sale de dentro de nosotras ese elemento sagrado.

Somos millones de habitantes en la tierra, para que esta época sea de iluminación, de crecimiento espiritual sin medida, es necesaria una masa crítica que aporte un sentido elevado a esta existencia. Es muy importante que cada una de nosotras nos hagamos responsables de nuestro camino y alcancemos ese Satori. Se trata de ir a la conquista de la libertad verdadera, la única que aporta la conexión el ser interior.

No hay tiempo para perder el tiempo. Es momento de elevar la vibración, de hipertrofiar el consciente (donde anida el ego) para activar el subconsciente y dejar aflorar nuestra lumínica parte sagrada. Se trata de entrenar mente, cuerpo y alma, sin prisa pero sin pausa, para obtener momentos de no-mente y presencia total que nos lleven al gozo sublime, el equilibrio y la paz.

«Antes de la iluminación, los ríos eran ríos y las montañas  eran montañas. Cuando empecé a experimentar la iluminación, los ríos dejaron de ser ríos y las montañas dejaron de ser montañas. Ahora desde que estoy iluminado, los ríos vuelven a ser ríos y las montañas son montañas». 

Cita Zen

Gracias por estar ahí.

Seguimos aleteando.

Cris.

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